La firma electrónica es un proceso técnico y legal que permite a las personas dar su consentimiento y aprobación a documentos digitales.
Más que una simple imagen o dibujo, esta herramienta cumple con las condiciones y estándares establecidos y controlados por las autoridades europeas y francesas.
Una firma electrónica debe cumplir al menos con los siguientes tres criterios:
La identidad de la persona que está firmando,
Una prueba de consentimiento del firmante,
La garantía de la integridad del documento, lo que significa que el contenido debe permanecer inalterable con el paso del tiempo.
La firma electrónica forma parte de un entorno legal preciso en Europa a través del reglamento eIDAS (Electronic Identification And Trust Services) y en Francia a través de su transcripción en los artículos 1366 y 1367 del código civil.